4 Mientras ellas estaban perplejas por esto, aparecieron dos varones con ropas resplandecientes junto a ellas.
5 Ellas se atemorizaron e inclinaron su rostro hacia la tierra. Ellos les dijeron: ¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?
6 No está aquí. Fue resucitado. Recuerden lo que les habló cuando estaba aún en Galilea: 7 Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, sea crucificado y resucitado al tercer día.
8 Se acordaron de sus palabras, 9 y al regresar del sepulcro, anunciaron todo esto a los 11 y a los demás. 10 Eran María Magdalena, Juana, María, la madre de Jacobo, y las demás que estaban con ellas, quienes dijeron esto a los apóstoles.
11 Estas palabras les parecieron como un delirio y se negaban a creerlas.
12 Pero Pedro corrió al sepulcro, se agachó y vio los lienzos solos. Salió maravillado de lo sucedido.
15 Ocurrió que cuando ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó e iba con ellos.
16 Pero los ojos de ellos estaban velados para que no lo reconocieran.
17 Entonces les preguntó: ¿Cuáles son estas cosas que discuten mientras caminan?
18 Uno llamado Cleofas le respondió: ¿Eres Tú el único forastero en Jerusalén que no supo lo que sucedió estos días?
19 Les preguntó: ¿Cuáles?
21 Nosotros esperábamos que Él era el que iba a redimir a Israel. Además de todo esto, hoy es el tercer día desde cuando sucedió.
22 Sin embargo, algunas de nuestras mujeres fueron muy temprano al sepulcro, y nos asombraron, 23 pues al no hallar su cuerpo, volvieron y dijeron que tuvieron una visión de ángeles, quienes dijeron que Él vive.
24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y lo hallaron tal como dijeron las mujeres, pero a Él no lo vieron.
25 Y Él les respondió: ¡Oh insensatos y lentos del corazón para creer en todo lo que dijeron los profetas! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera esto y que entrara en su gloria? 27 Comenzó desde Moisés y de todos los profetas y les explicó en todas las Escrituras las cosas relacionadas con Él mismo.
28 Llegaron cerca de la aldea a la cual iban, y Él actuó como si fuera más lejos.
29 Pero ellos le insistieron: Quédate con nosotros, porque es tarde y el día ya declinó. Entró para estar con ellos.
30 Al reclinarse con ellos, tomó el pan, dio gracias, lo partió y les dio.
31 Entonces los ojos de ellos fueron abiertos y lo reconocieron, pero Él se volvió invisible. 32 Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras?
33 En aquella misma hora regresaron a Jerusalén. Hallaron a los 11 reunidos y a los que estaban con ellos, 34 quienes decían: ¡Realmente fue resucitado el Señor y fue visto por Simón! 35 Ellos contaron lo que sucedió en el camino, y cómo se dio a conocer a ellos cuando partió el pan.
37 Se aterrorizaron y se espantaron. Pensaban que era un espíritu.
38 Pero Él les preguntó: ¿Por qué están turbados, y por qué surgen dudas en sus corazones? 39 Miren mis manos y mis pies. ¡Yo mismo soy! Tóquenme y vean, pues un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que tengo Yo.
40 Cuando dijo esto les mostró las manos y los pies. 41 Pero como ellos no creían por causa del gozo y del asombro, les preguntó: ¿Tienen aquí algo para comer?
42 Entonces ellos le dieron parte de un pescado asado. 43 Lo tomó y comió delante de ellos, 44 y les dijo: Cuando todavía estaba con ustedes les anuncié que era necesario que se cumplieran todas las cosas escritas con respecto a Mí en la Ley de Moisés, los profetas y los Salmos.
45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras 46 y les dijo: Así está escrito, que el Cristo padecería y sería resucitado de entre los muertos al tercer día, 47 y que, al comenzar desde Jerusalén, sería predicado en su Nombre el cambio de mente para perdón de pecados a todas las naciones.
48 Ustedes son testigos de esto. 49 Yo envío la promesa de mi Padre sobre ustedes. Permanezcan en la ciudad hasta que sean investidos de poder de lo alto.
51 Mientras los bendecía, Él partió de ellos y fue llevado al cielo.
52 Lo adoraron y regresaron a Jerusalén con gran gozo.
53 Estaban siempre en el Templo y alababan a Dios.
<- Lucas 23- a Lit. 60 estadios.Un estadio es igual a 180 metros.