Judas
2 Misericordia, paz y amor les sean multiplicados.
5 Les recuerdo a los que saben todas las cosas, que el Señor, luego de liberar una vez al pueblo de la tierra de Egipto, en segundo lugar destruyó a los que no creyeron. 6 A los ángeles que no guardaron su esfera de influencia, sino abandonaron su propia morada, ha mantenido bajo oscuridad en prisiones eternas, para el juicio del gran día. 7 Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades alrededor de ellas, las cuales, de la misma manera que éstos, por practicar inmoralidad sexual e ir en pos de otra carne, son exhibidas como ejemplo y sufrieron un castigo de fuego eterno.
8 De igual manera éstos que tienen visiones ciertamente contaminan el cuerpo, rechazan la autoridad y hablan mal de los gloriosos seres angelicales. 9 Pero cuando el arcángel Miguel, al contender con el diablo para expresarse con respecto al cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar juicio de maldición, sino dijo: ¡El Señor te reprenda! 10 Pero estos ciertamente hablan mal de cuantas cosas no entienden, y en aquellas que por instinto entienden son corrompidos como los animales irracionales. 11 ¡Ay de ellos! Porque fueron conducidos por el camino de Caín, fueron lanzados por lucro al engaño de Balaam y se arruinaron en la rebelión de Coré.
12 ¡Éstos son los que, en las comidas fraternales de ustedes, se apacientan a sí mismos, son agasajados con ustedes sin respeto, nubes sin agua llevadas por vientos, árboles otoñales sin fruto, dos veces muertos, desarraigados, 13 salvajes olas de mar que espuman sus mismas obras vergonzosas, estrellas erráticas, para quienes fue reservada la más negra oscuridad para siempre!
14 También con respecto a éstos Enoc, séptimo patriarca desde Adán, profetizó: Ciertamente el Señor vino con sus santas miríadas[a] 15 para hacer juicio contra todos y convencer a toda persona con respecto a todas las obras inicuas de ellos en las cuales actuaron impíamente, y con respecto a todas las cosas insolentes que los pecadores impíos hablaron contra Él.
16 Éstos son murmuradores quejumbrosos, quienes proceden según sus propios deseos apasionados, y su boca habla palabras arrogantes y adulan a personas por amor a una ganancia.
20 Pero ustedes, amados, edifiquen sobre su santísima fe, hablen con Dios por el Espíritu Santo, 21 consérvense en el amor de Dios, acójanse a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
22 Ciertamente tengan misericordia para algunos que dudan. 23 Arrebaten del fuego, rescaten a otros, aborrezcan[c] aun la ropa del cuerpo contaminada, tengan misericordia de otros con temor.