4 Ciertamente Él cargó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores. Sin embargo, nosotros lo consideramos como azotado, como herido por ʼElohim y afligido. 5 Pero Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo que nos dio paz cayó sobre Él. Por su herida somos sanados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas. Cada cual se apartó por su camino, pero Yavé cargó sobre Él el pecado de todos nosotros.
7 Él fue angustiado y afligido, pero no abrió su boca. Como cordero fue llevado al matadero, como oveja ante sus trasquiladores. Enmudeció, no abrió su boca. 8 Con opresión y juicio fue quitado. Y de su generación, ¿quién consideró que fue cortado de la tierra de los vivientes y por la transgresión de mi pueblo fue asesinado? 9 Su sepultura se dispuso con los impíos, aunque nunca hizo maldad ni hubo engaño en su boca. Con los ricos estuvo en su muerte.
10 A pesar de todo esto, le plació a Yavé quebrantarlo y someterlo a padecimiento. Cuando entregue su vida en sacrificio que apacigua, verá a su descendencia. Vivirá por muchos días. La voluntad de Yavé prosperará en su mano.
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho. Por su conocimiento, mi Esclavo Justo justificará a muchos y cargará los pecados de ellos. 12 Por tanto, Yo le daré parte con los grandes. Con los fuertes repartirá despojos por cuanto derramó su vida hasta la muerte. Fue contado entre los pecadores, después que cargó el pecado de muchos y oró por los transgresores.
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