1 Tengamos temor, no sea que, aunque se sostiene la promesa de entrar en su reposo, tal vez alguno de ustedes quede excluido.
2 Porque tanto a ellos como a nosotros se nos anunciaron las Buenas Noticias, pero a ellos no los benefició la Palabra de la predicación porque los que la oyeron no la mezclaron con la fe. 3 Pero los que creímos entramos en un lugar de reposo. Con respecto a los que no creyeron, dijo:
6 Por tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les dieron Buenas Noticias no entraron por causa de desobediencia, 7 Dios otra vez fija un día: Hoy, cuando dijo después de mucho tiempo por medio de David, como ya se dijo:
8 Porque si el mismo Josué los hubiera llevado a un lugar de reposo, no hablaría después de estas cosas con respecto a otro día. 9 Así que queda un reposo sabático para el pueblo de Dios. 10 Porque el que entró en su reposo, también reposó de sus obras, como Dios de las suyas. 11 Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, a fin de que ninguno caiga en la misma desobediencia.
12 Porque la Palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra aun hasta la separación de alma y espíritu, y de coyunturas y tuétanos. Distingue pensamientos e intenciones del corazón. 13 No hay criatura que se oculte en su presencia, sino todas las cosas están desnudas y expuestas ante los ojos de Aquél a Quien tendremos que rendir cuenta.