2 ʼElohim le dijo: Toma ahora a tu único hijo Isaac y vé a la tierra de Moriah. Y tú mismo sacrifícalo allí en holocausto sobre una de las montañas que Yo te diré.
3 Abraham se levantó temprano por la mañana, enalbardó su asno y tomó consigo a dos de sus esclavos jóvenes y a su hijo Isaac. Luego cortó leña para el holocausto, se levantó, y fue al lugar que ʼElohim le dijo.
4 Al tercer día Abraham levantó sus ojos y divisó el lugar desde lejos. 5 Y Abraham dijo a sus esclavos jóvenes: Permanezcan aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá y nos postraremos. Después regresaremos a ustedes.
6 Entonces Abraham tomó la leña para el holocausto y la cargó sobre su hijo Isaac. Luego tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y ambos caminaban juntos.
7 Isaac habló a su padre Abraham: Padre mío.
8 Abraham respondió: ʼElohim se proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío. Y ambos caminaban juntos.
9 Cuando llegaron al lugar que ʼElohim le dijo, Abraham construyó allí el altar y preparó la leña. Luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. 10 Extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
11 Pero el Ángel de Yavé lo llamó desde el cielo: ¡Abraham! ¡Abraham!
12 El Ángel le dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho. Nada le hagas, pues ya entiendo que eres temeroso de ʼElohim por cuanto no me rehusaste a tu único hijo.
13 Entonces Abraham levantó los ojos, y ahí mismo detrás, vio en el zarzal un carnero trabado por los cuernos. Abraham fue y tomó el carnero, y lo sacrificó en holocausto en lugar de su hijo. 14 Abraham llamó a aquel lugar Yavé Yireh. Por eso se dice hoy: En la Montaña de Yavé será provisto.
15 El Ángel de Yavé llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo 16 y le habló: Yavé dice: Por Mí mismo juré que porque hiciste esto y no me rehusaste a tu único hijo, 17 ciertamente te bendeciré. Multiplicaré muchísimo tu descendencia, como las estrellas del cielo y como la arena que está en la orilla del mar. Tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos, 18 y en tu descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste mi voz.
19 Abraham regresó a sus jóvenes esclavos. Luego se levantaron y fueron juntos hacia Beerseba. Y vivió Abraham en Beerseba.