3 Este es un mal que hay en todo lo que ocurre bajo el sol: Que un mismo suceso acontece a todos, y que el corazón de los hijos de hombres está lleno de maldad, que la locura está en su corazón mientras vive, ¡Y después de esto bajan al lugar de los muertos! 4 Pero hay esperanza para todo el que está entre los vivos, pues mejor es perro vivo que león muerto. 5 Porque los vivos saben que van a morir, pero los muertos nada saben, ni tienen más recompensa, porque su memoria es puesta en el olvido. 6 En verdad su amor, su odio y su envidia ya perecieron. Nunca más tendrán parte en todo lo que se hace bajo el sol.
7 Anda, come tu pan con gozo y bebe tu vino con corazón alegre, porque ʼElohim ya aprobó tus obras. 8 En todo tiempo sean blancas tus ropas, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza. 9 Goza de la vida con la mujer que amas todos los días de tu vana vida que te fue dada bajo el sol todos los días de vanidad, pues ésta es tu recompensa en la vida y en el trabajo con el cual te ocupas bajo el sol. 10 Todo lo que venga a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas, porque en el Seol, adonde vas, no hay obra ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.
11 Me volví y vi bajo el sol:
12 Porque el hombre no conoce su tiempo:
13 También vi algo que para mí es de gran sabiduría bajo el sol: 14 Una pequeña ciudad con pocos hombres en ella, y llega contra ella un gran rey, y construye contra ella grandes torres de asedio. 15 Y en ella se halla un hombre pobre pero sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría. Sin embargo, nadie se acuerda de aquel hombre pobre. 16 Entonces me dije: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la sabiduría del pobre sea menospreciada, y sus palabras no sean escuchadas.