1 En el mes de Nisán, en el vigésimo año del rey Artajerjes, cuando el vino estaba delante de él, recogí el vino y se lo di al rey. Nunca antes había estado triste en su presencia. 2 El rey me dijo: “¿Por qué tienes el rostro triste, ya que no estás enfermo? Esto no es más que tristeza de corazón”.
4 Entonces el rey me dijo: “¿Cuál es tu petición?”
6 El rey me dijo (la reina también estaba sentada junto a él): “¿Cuánto durará tu viaje? ¿Cuándo volverás?”
11 Llegué, pues, a Jerusalén y estuve allí tres días. 12 Me levanté de noche, yo y algunos hombres conmigo. No dije a nadie lo que mi Dios puso en mi corazón para hacer por Jerusalén. No me acompañaba ningún animal, excepto el que yo montaba. 13 Salí de noche por la puerta del valle hacia el pozo del chacal, y luego hacia la puerta del estiércol; e inspeccioné los muros de Jerusalén, que estaban derrumbados, y sus puertas consumidas por el fuego. 14 Luego seguí hasta la puerta del manantial y hasta el estanque del rey, pero no había lugar para que pasara el animal que estaba debajo de mí. 15 Luego subí de noche por el arroyo e inspeccioné la muralla; me volví y entré por la puerta del valle, y así regresé. 16 Los jefes no sabían adónde había ido ni lo que había hecho. Todavía no lo había contado a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los gobernantes, ni a los demás que hacían la obra.
17 Entonces les dije: “Vosotros veis la mala situación en que nos encontramos, cómo Jerusalén yace desolada y sus puertas están quemadas por el fuego. Vengan, construyamos el muro de Jerusalén, para que no seamos deshonrados”. 18 Les hablé de la mano de mi Dios, que era buena conmigo, y también de las palabras del rey que me había dicho.
19 Pero cuando lo oyeron Sanbalat el horonita, Tobías el siervo amonita y Gesem el árabe, se burlaron de nosotros y nos despreciaron, y dijeron: “¿Qué es esto que estáis haciendo? ¿Os vais a rebelar contra el rey?”
20 Entonces les respondí y les dije: “El Dios del cielo nos prosperará. Por eso nosotros, sus siervos, nos levantaremos y construiremos; pero vosotros no tenéis parte, ni derecho, ni memoria en Jerusalén.”
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